Foto: Mi bus...
Hola a tod@s,
Acabo de llegar a Cochi. Entre las orillas del Indico y los “backwaters” de Kerala.
Sigo sin acentos, las teclas estan pintadas con tipex y la “s” es la tecla del 6...
Me siento como Jhon Wayne en una de sus peliculas. Sudoroso, polvoriento, sediento y cansado...
El lunes dejamos Vietnam, y tras pasar por Kuala Lumpur y Male llegamos a una Sri Llanka llena de luces y sombras. El fin de la Wesak y la guerra que nunca termina.
Descanse el martes.
Hoy de madrugada vole a Trivandrum, en la puntita sur de la India. Un vuelo corto.
En Trivandrum, decidido a no ser estafado, me dispuse a hacer andando (mochilla al hombro) los kilometros que separan la ciudad del aeropuerto. Me di cuenta rapido que las guias siempre mienten, asi que achicharrado por el sol tropical cogi un bus al vuelo y llegue en unos minutos.
Cochi, mi destino, estaba 200 kilometros al norte. Habia decidido ir en tren.
En la ventanila, incapaz de hablar “malayalam”, solo consegui un bilete de un euro en el primer tren que salia. Las ventanilas enrejadas, el millon de personas que luchaba por subir, los bancos de madera y los retretes “ya” apestando me hicieron desistir de tomarlo.
Aun me quedaba el bus. Asi que Guru, solo y a pecho descubierto, se enfrento a una estacion de autobuses india un miercoles a las 11 del dia...
Prueba superada. Cogi el adecuado.
Y volamos, en un cacharro destartalado y sin cristales, atestada y feliz corte de los milagros del 3er mundo...
Al fin y al cabo solo eran 5 horas. Ya estaba casi hecho. Casi... hasta que un borracho de manual se me sento literalmente encima y me acompagno con sus ronquidos, su olor, y sus improperios durante un par de horas...
Cochi! Ya te veo. Si, creo que merecio la pena. De repente la carretera se abre y aparece un puente largo, inmenso, bordeado por las aguas verdes del Mar de las Laquedivas.
Cochi... Inmovil, hermosa, melancolica, oliendo a misa... Ummh.
Desde las orillas de la costa Malabar besos y abrazos agotados.
Acabo de llegar a Cochi. Entre las orillas del Indico y los “backwaters” de Kerala.
Sigo sin acentos, las teclas estan pintadas con tipex y la “s” es la tecla del 6...
Me siento como Jhon Wayne en una de sus peliculas. Sudoroso, polvoriento, sediento y cansado...
El lunes dejamos Vietnam, y tras pasar por Kuala Lumpur y Male llegamos a una Sri Llanka llena de luces y sombras. El fin de la Wesak y la guerra que nunca termina.
Descanse el martes.
Hoy de madrugada vole a Trivandrum, en la puntita sur de la India. Un vuelo corto.
En Trivandrum, decidido a no ser estafado, me dispuse a hacer andando (mochilla al hombro) los kilometros que separan la ciudad del aeropuerto. Me di cuenta rapido que las guias siempre mienten, asi que achicharrado por el sol tropical cogi un bus al vuelo y llegue en unos minutos.
Cochi, mi destino, estaba 200 kilometros al norte. Habia decidido ir en tren.
En la ventanila, incapaz de hablar “malayalam”, solo consegui un bilete de un euro en el primer tren que salia. Las ventanilas enrejadas, el millon de personas que luchaba por subir, los bancos de madera y los retretes “ya” apestando me hicieron desistir de tomarlo.
Aun me quedaba el bus. Asi que Guru, solo y a pecho descubierto, se enfrento a una estacion de autobuses india un miercoles a las 11 del dia...
Prueba superada. Cogi el adecuado.
Y volamos, en un cacharro destartalado y sin cristales, atestada y feliz corte de los milagros del 3er mundo...
Al fin y al cabo solo eran 5 horas. Ya estaba casi hecho. Casi... hasta que un borracho de manual se me sento literalmente encima y me acompagno con sus ronquidos, su olor, y sus improperios durante un par de horas...
Cochi! Ya te veo. Si, creo que merecio la pena. De repente la carretera se abre y aparece un puente largo, inmenso, bordeado por las aguas verdes del Mar de las Laquedivas.
Cochi... Inmovil, hermosa, melancolica, oliendo a misa... Ummh.
Desde las orillas de la costa Malabar besos y abrazos agotados.
2 comentarios :
.... habra que ir a buscar la felicidad tan lejos??? realmente te envidio,disfruta todo lo que `puedas y mas. besos y abrazos , laurita
No, no hace falta ir lejos.
Tus felicidades y tus infelicidades siempre te persiguen.
Muchos besos corazon.
Cuidate,
Alex
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