GAENG JUT TAENG KWA o sea Sopa de Calabacines rellenos


Asia es el continente de las sopas. A pesar del clima tropical a la mesa nunca falta un buen bol lleno de humeante caldo. A veces son recetas muy elaboradas, y otras poco más que un caldo ligero de verduras. 

En Tailandia existen tres tipos principales. Por un lado están las sopas de noodles. Son platos con muchísimos ingredientes y muy laboriosas de preparar, por lo que generalmente se comen en puestos callejeros. Son plato único.


Fotos; Un puesto en Bangkok y una sopa de noodles con albóndigas de pescado.

Luego están las “tom”, que se preparan con caldos aromáticos ácidos, aderezados con lemongrass, lima kaffir, galanga, chiles, lima y salsa de pescado. Son sopas muy “afiladas”, llenas de contrastes y aromas a hierbas, picantes, ácidas y saladas. No se toman “al modo occidental”, sino que se sirven en el centro de la mesa, junto al resto de platos, y se comen mojando el arroz con su caldo, equilibrando otros sabores más dulces y dándoles fuerza. La más conocida en la archipopular “tom yum kum”.


Foto; Sopa Tom Yum.

El tercer grupo está formado por las “gaeng jut”. Son sopas “de andar por casa”, preparadas generalmente con caldos ligeros, más suaves, ni tan ácidos, ni tan picantes, ni tan aromáticos. A menudo se aderezan con una pasta llamada “sam gleu”, preparada con raíces de cilantro, pimienta blanca y ajo. Es comida diaria en la mayoría de hogares tailandeses. Existen infinitas variaciones con vegetales, setas, carne, pescado... Una de mis favoritas se llama “gaeng jut woon sen”, preparada con noodles de celofán, verduras, albóndigas, tofu y hongos...

Bangkok puede conmigo. Me gustan las ciudades grandes, caóticas, y llenas de vida. Pero me doy cuenta que disfruto lugares que, como Madrid, tienen un tamaño “humano”. Bangkok es gigante, llena de polución, perpetuamente atascada, con un sistema de metro moderno pero limitado. Calor, pasos elevados, horas para desplazarse de un sitio a otro. La típica megápolis asiática.


He pasado mucho tiempo en Bangkok. Al principio, huyendo de la peste de Khao Shan Road me alojé cerca de la estación de Hualamphong, en la pensión de Petty. Era un buen sitio. Caluroso y barato.

Pero las obras interminables de la zona me hicieron que me moviera a otro barrio alejado del centro, Sutissan. Allí me refugié en una pequeña pensión llamada “La casa de Tailek”. Un oasis en medio del huracán. Su dueña, Bee, además de entender muy bien lo que es la hospitalidad, era una gran cocinera. Cada sábado preparaba una cena en el salón de la casa, invitando a todos los huéspedes y otro montón de amigos. Cualquiera estaba invitado a ayudar. Una noche sofocante le ayudé a cocinar esta sopa rica y sencilla que hoy os presento.


Su nombre es “Gaeng jut taeng kwa”, y en los hogares tailandeses se prepara rellenando pepinos con una mezcla de carne de cerdo, y luego cociéndolos en caldo. Existen muchas variantes de este plato en el Sudeste de Asia, por ejemplo en Camboya donde se cocina con pepinos amargos. Yo en la receta he preferido usar calabacines, que son fáciles de conseguir, reconocibles y sabrosos. 

Espero que os guste!

Para 2 personas,

Ingredientes;

900 ml. de caldo ligero de pollo

1 calabacín de unos 350 gr.
6 setas siitake secas
1 cebolleta china picada
Cilantro fresco picado
Salsa de soja clara

El relleno,

170 gr. de carne picada de cerdo
1 cucharadita de salsa de soja clara
1 cucharadita de salsa de ostras
1 cebolleta china muy picada
2 raíces de cilantro, si no las encuentras puedes usar las hojas
2 ajos pelados y troceados
16 granos de pimienta negra


Preparación;

En un mortero maja las raíces de cilantro, los ajos y la pimienta con un pizca de sal hasta formar una pasta untuosa.

Mezcla la carne con la pasta, la cebolleta y sazona con la salsas de soja y ostras. Deja reposar unos minutos.

Pon el caldo a hervir y deja hidratándose las setas unos 10 minutos. Retira las setas del caldo y retírales el pie. Divídelas en dos y vuelve a ponerlas en la sopa.

Parte el calabacín en trozos de 2,5 cm. Con una cucharilla fina vacía el circulo interior donde están las pepitas. Rellena ese hueco con la masa de carne adobada. Puedes cruzar dos palillos clavados en cada extremo, en forma de cruz, para impedir que el relleno se salga. Rellena de la misma manera todos los trozos de calabacín. Al final pela cada trozo de su piel exterior.

Con el caldo a fuego suave ve sumergiendo las piezas de calabacín, acomodándolas para que todas quepan. Dejar hervir unos 20 minutos, hasta que todo esté tierno.

Al final añade algo de cebolleta y cilantro picado. Rectifica de sazón con algo más de salsa de soja clara. Sirve bien caliente.

No hay comentarios :