Foto; El Macchapucchare visto desde Tarapani. Nepal, 2007.
El día 5 vuelvo a Nepal con un grupo. Y estoy seguro que, como siempre, serán gente estupenda.
Y si, también, estarán allí las cumbres altivas de los Annapurnas, y la lejanía de hielo del Daulagiri. Y seguro que me emocionaré de nuevo ante la vista de Swayambu, o al recorrer en silencio las calles vacías de Katmandú.
Y se que saltaré como un niño al compás del autobús que suba las pendientes de Changu, o que me conmoveré cualquier tarde en cualquier templo tibetano, en la última puja del día
Si, todo eso lo volveré a ver.
Gracias.
Pero sobre todo veré de nuevo a mi hermano Ro, y a Maya Chetri, y me reiré con las vendedoras de bolsos, pobres y perezosas, de los callejones de Bhaktapur, y comeré pipas con ellas en las escaleras del Natyapola, en el último calor de la tarde.
Y me tocará sudar y maldecir mil veces en las pendientes de Kalibaraha, mientras los porteadores y serpas sonríen y aprietan el paso. Veré cocinar a los amigos del Old Inn en Bandipur, que me llaman “sati”, y con los que comparto raksi y risas.
Y bueno, estarán Dill Gurung, y el bueno de Birey, y Niraj, y Narendra, y hasta Manju, y el resto de buena gente de Nepal. Lo mejor, lo único.
Vuelvo a casa.
OMH MANI PADME OMH
OMH NAMO SIVAI
El día 5 vuelvo a Nepal con un grupo. Y estoy seguro que, como siempre, serán gente estupenda.
Y si, también, estarán allí las cumbres altivas de los Annapurnas, y la lejanía de hielo del Daulagiri. Y seguro que me emocionaré de nuevo ante la vista de Swayambu, o al recorrer en silencio las calles vacías de Katmandú.
Y se que saltaré como un niño al compás del autobús que suba las pendientes de Changu, o que me conmoveré cualquier tarde en cualquier templo tibetano, en la última puja del día
Si, todo eso lo volveré a ver.
Gracias.
Pero sobre todo veré de nuevo a mi hermano Ro, y a Maya Chetri, y me reiré con las vendedoras de bolsos, pobres y perezosas, de los callejones de Bhaktapur, y comeré pipas con ellas en las escaleras del Natyapola, en el último calor de la tarde.
Y me tocará sudar y maldecir mil veces en las pendientes de Kalibaraha, mientras los porteadores y serpas sonríen y aprietan el paso. Veré cocinar a los amigos del Old Inn en Bandipur, que me llaman “sati”, y con los que comparto raksi y risas.
Y bueno, estarán Dill Gurung, y el bueno de Birey, y Niraj, y Narendra, y hasta Manju, y el resto de buena gente de Nepal. Lo mejor, lo único.
Vuelvo a casa.
OMH MANI PADME OMH
OMH NAMO SIVAI
2 comentarios :
Otra vez toca desearte buen viaje, aunque observo que los preparativos ya lo son.
Preciosa fotografía, por cierto.
Saludos
Hola Adormidera,
gracias guapa.
Que me voooooooooooooy!
Un besazo enorme.
Alex
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