Foto; La caja de laca, el camarero, y en el centro las hojas de té fermentadas con algunas gambitas secas.
Llevo varios días locos con mis próximos cursos de cocina.
Dedicándoles muchas horas y dejando un poco arrinconado mi pobre blog.
Además no se que ocurre, pero la plantilla se ha vuelto loca
y, como podéis ver, el blog esta feillo, lleno de colores imposibles y letras
que cambian de una línea a otra. No soy yo. Pero no se muy bien como solucionarlo.
Quiero una nueva plantilla. Alguien me echa una mano. Cambio su ayuda por una
clase de cocina a domicilio. Sonrisas, dim sum y un curry. Alguien se apunta.
Estaría bien que estuviera en Madrid…
Pues eso que me lío. Me pongo a cocinar para mis cursos.
Tengo un Pad thai listo a las 10 de la mañana y el del gas me sorprende a las
10 y 5 comiendo gambas y noodles en gallumbos y camiseta… El sábado Apetit Oh,
y el lunes El Alambique. Maratón de cocina thai.
Foto; La gente guapa de Birmania.
Y de que quería yo hablar… A si… de las ensaladas birmanas,
exactamente de una de ellas llamada Lapeth Touk. En traducción literal
“Ensalada de Té”.
Una maravilla de la naturaleza!! (Como diría la cosa bonita
de mi abuela)
Una ensalada de té… y eso como se come…
El Lapeth Touk es la reina de las ensaladas birmanas. No hay
comida, ni celebración, ni boda, ni ofrenda a los espíritus guardianes en que
falte esta receta tradicional.
Se prepara con hojas de té fermentadas durante un año en
piezas de bambú enterradas en el suelo. Dicen que las mejores provienen del
pueblo de Namhsan, en las montañas del estado Shan.
El aliño es simple y contundente. Ajo frito, sésamo tostado,
habas, cacahuetes fritos, gambas secas, y además aceite, guindillas, lima… El
sabor amargo y ácido de las hojas junto a todos estos acompañamientos
crujientes y sabrosos… ummmh! Realmente está muy rica.
Como podéis ver en la foto es habitual presentarla en una
caja tradicional lacada. Pero a mi me gusta más el estilo de las calles de
Yangun. En un bol, y a mano, todos los ingredientes se mezclan bien hasta que
todo está unido, infusionado y en amorosa unión.
Foto; Así se prepara en las calles de Yangún.
La primera vez que comí Lapeth Touk me pillo desprevenido… Estaba con Noam, un amigo israelí, buenísima gente, tomando botellas templadas de cerveza Myanmar y comiendo brochetas de okra. La ensalada llegó a la mesa y la devoramos. Me encantó su sabor, sus texturas y su originalidad. Muy rica. Muy potente.
Me fui a casa colocao y más feliz que una perdiz sin saber
que llevaba a mi enemigo dentro… Dispuesto a descabezar mis 8 horitas de sueño.
Pero no, nada… imposible dormir. El chute de teína en sangre era demasiado
contundente para pegar ojo… Hasta varias horas después no conseguí hacerlo…
Así que ya sabéis. Si pasáis por la vieja Burma no dejéis de
comer ensalada de té fermentado. Pero hacedlo por la mañana…
Por cierto, adelante Aung Saan Kyi!!
Yo te echo una mano! claro que sí. A mí se me dan bien -cuando quieren que se me den bien- las plantillas... pero ahora vuelvo, que voy a seguir leyendo la entrada...
ResponderEliminarjajajajaja! te juro que me parto! con el del gas, con el colocón de té... desayunar noodles me descoloca pero en el fondo me gustaría probar, por puro afán de conocer, no por glotona aunque de esto también calzo... conociéndome como me conozco creo que yo también preferiría todo junto, siempre me han gustado las zarzuelas, hasta las castizas:-P
ResponderEliminarY sí, aupa! por cierto, he leído que por fin irá a Noruega a leer su discurso de aceptación del premio Nobel, ¡más de 20 años después! así me gusta a mí el mundo, peleón, porque hay que ser muy muy cabezota para intentar cambiarlo:-)
Un par de besazos!
Me sumo a la alegría por Aung Saan Kyi, que a lo de ayudar en la plantilla del blog, podría ser un desastre, je, je, y mucha suerte con los cursos de cocina. Por cierto, te envié un correo solicitándote información. No sé si me habrás respondido porque he tenido algún que otro problemilla con el correo.
ResponderEliminarComo dice Maite: ¡Aupa y bien por ella!
Mar
Qué maravilla!. Pero no sé si sería capaz de comerme todo eso por la mañana, pero yo, que soy valiente, lo intentaría.
ResponderEliminarPor cierto, ya veo que Mai te echa una mano con la plantilla. Yo estoy un poco lejos y tampoco es que sepa una barbaridad, porque soy autodidacta en estas lides...
Besitos
Tomo buena nota del consejo. Y gracias por compartir tus experiencias.
ResponderEliminarMai, muchisimas gracias por tu ofrecimiento!!! Eres un cielo! Me pongo en contacto contigo. Besazos!
ResponderEliminarHola Mar, como estás guapa. Acabo de ver tu correo, que hacía mucho que no lo abría. Luego te respondo. Un beso grande.
Laube, muchas gracias por el ofrecimiento. Seguro que podría comer noodles por la mañana. De echo en Asia es la norma...
Oteador, muchismas gracias por visitarme! Un abrazo!
Yo quiero probar esa ensalada, pero solo si me la preparas en gayumbos ;-)
ResponderEliminarUn abrazo crack!!
Yo quiero probar esa ensalada, pero solo si me la preparas en gayumbos... ;-)
ResponderEliminarUn abrazo crack!!
Ramonet.
Llego tarde a este post, pero más vale tarde que nunca...
ResponderEliminarAprendi a desayunar noodles en Vietnam, creo que los birmanos lo han copiado.
Pero la ensalada de hojas de te... que pasada! ¿Se te ocurre cómo podemos hacerla en Madrid? Y ya puestos, combinándola con la de jengibre (otra maravilla Birmana)
También me gustó el curry de pasta de judias, y el uso del cacahuete machacado o del arroz tostado y frito.... se admiten comentarios!
Gracias. Un abrazo