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18 febrero 2009

UNA TARDE EN CHINA BEACH o como iluminarse a base de sonrisas y calamar seco...



Foto; El calamar seco o el despertar de la consciencia...

Os habéis sentido alguna vez al límite, a punto de explotar, e incapaces de expresar todo ese sentimiento…

Así me sentía yo en Hoian hace unos meses.

China Beach es una playa maravillosa. Creo que ya os conté que era el lugar donde los soldados norteamericanos descansaban durante la guerra, y que en breve será un “hermoso” Benidorm con 30 kilómetros de hormigón… En fin…

Pues bien, China Beach vino en mi ayuda regalándome una tarde mágica, reveladora y dulce. Me sentí como imagino se debieron sentir los pobres reclutas que cambiaban las selvas de pesadilla por la arena azafrán y la vida…

Hasta las 5 de la tarde la playa es una lengua enorme poblada mayoritariamente por extranjeros, rodeados por una nube de vietnamitas insistentes intentando vender, regatear y hacer negocio.

Pero, oh Buda, cuando el sol deja de picar se produce el milagro. Los vietnamitas, como en general los asiáticos, odian tomar el sol, y consideran una piel pálida el culmen de la belleza.



Foto; Los puestos comienzan a preparar la comida...

Así que a esa hora los forasteros ávidos de piel bronceada se marchan a sus hoteles y son sustituidos por una miriada de divertidos vietnamitas. Gente humilde, o no, grupos de universitarios, familias enteras, hombres de negocios en corbata y descalzos…



Foto; La familia disfrutando...

Lejos del mar, donde empiezan las palmeras se han apostado docenas de pequeños puestos de comidas. Un tenderete minúsculo, un fuego de carbones, platos y vasos de plástico, una nevera llena de cervezas y refrescos, salsas, palillos, cucharas, y la abuela que pasa la tarde sorbiendo un cuenco de noodles…

A cada tenderete le corresponden tantas esterillas como pueda situar hasta el comienzo del mar. Seis, cuatro, ocho, en una línea larga y estrecha de paja trenzada.

Toda la playa, en cientos de metros, esta ocupada.

Las brasas están que arden, y mientras se sorbe cerveza Larue se pide la comida. Raya adobada a la plancha, fresquísimas almejas asadas, gordas y llenas de guindillas, panes de arroz, calamares secos tostados, cangrejos “casi” vivos…



Foto; La raya adobada se pone en hojas de plátano y despues se asa...

El ambiente es festivo, cordial, bullicioso. Sube la marea y unas chicas juegan y se mojan los pies antes de volver a la esterilla. Aún quedan muchos noodles y papel de arroz para envolver algún pescado tropical recién cocinado.

Yo lo miro todo. Bebo mi segunda Larue tibia y dejo que el malestar se disipe. Comimos un calamar seco y picante y después nos decidimos por las almejas antes de que las sombras nos fueran envolviendo.

Deberíamos volver, no? Si, no se. Quizá no…

Una pequeña iluminación en China Beach…


Foto; Las deliciosas almejas picantes...

9 comentarios:

  1. qué placer es leerte Alex!!!
    mil besos!!

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  2. estaria bien una clase practica de como enrrollar los momos segun dicen es un poco complicado.aunque con amor y cariño todo se consigue.....

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  3. Qué maravilla!!!!! Gracias por compartirlo!!!!Besos!!!!

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  4. alex te he mandado un mail..no lo has recibido???
    un beso

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  5. Leyéndote, me siento transportada a la misma China Beach, con los grupos de vietnamitas.
    Gracias :)

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  6. Qué maravilla de fotos, y el relato hizo que me trasladara con la imaginación.
    Tenés que poner alguna de esas recetas que se ven tan buenas.

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  7. Chicas, gracias a todas,

    Patt, si ya leí tu mail y te contesté.

    Campanilla... una clase pratica de enrollar momos... ufff es bastante dificil. Yo lo he intentado muchas veces, pero soy muy torpe.

    Morguix, Rosa María, muchas gracias. Desgraciadamente no tengo ninguna delas recetas. Pero creo que volveré este año, así que intentaré conseguir las recetas.

    Mil besos,

    Guru Masala

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  8. A veces, y desespera tanto el límite como la incapacidad de sacarlo fuera...
    En cuanto a volver, quizá no. Definitivamente no. Podrás ir otra vez a China Beach al atardecer un día de este año, pero verás otras cosas, experimentarás otras sensaciones, ampliarás las que te quedaron ahora.
    Una cosa que me alucina es como eres capaz de relatar tiempo después y con exactitud tus recuerdos. No es una descripción aséptica de un paisaje sino que en ellos siempre se van trozos de ti, y entre líneas el Alex que sentía en ese momento y en éste, detrás, siempre, una sonrisa que creo es la tuya.
    Bonito reportaje.

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  9. Adormidera, muchas gracias,

    sabes disfruté mucho escribiendo el relato.

    y también lo hice en la playa. Verdaderamente fue una tardeespecial y sanadora.

    Muchos besos,

    Alex

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